domingo, 7 de septiembre de 2014

UNA  OBRA DE ARTE PUESTA EN VIDA

          Fue espontáneo y así de espontáneo empezó a crecer ese amor, como la semilla de una flor que acaba de ser plantada.  Extraña la situación y bella la conclusión, como un niño curioso husmea hasta encontrar su número. Era su profesor de conducir quien estaba loco al ver una chica tan distinta frente a él. No pudo aguantar la estricta política de confidencia que existía y decidió romperlo; sin saber que ese sería el comienzo de sus tres nuevos tesoros… ¡sus hijos!

Me cuentan que fue como un toque de música a su vida, la mejor sinfonía que habían escuchado y que por eso éramos su mejor obra de arte puesta en vida. En el 1992, octubre 16, para ser exacta nació mi mayor regalo, Patricia, la única persona que no faltaría el resto de mi vida. Ella es mi hermana mayor y también mi amiga con sus encantos y maravillas siempre me saca la primera sonrisa del día. 

Para el 1995, mis padres decidieron que una hija única no sería la pintura ideal, experimentado así el gozo de un milagro manifestarse en su vida nuevamente y aquí es donde comienza mi historia. Un 12 de septiembre tuve la dicha de respirar por primera vez; con ansias me esperaron y con amor me recibieron y hasta no puedo decir lo contrario. Mi niñez fue relativamente estable en muchos aspectos, aunque lo pienso una y ora vez y no tengo memorias extensas en un mismo lugar; pues desde que nací mi familia y yo nos trasladamos a distintos sitios en diferentes ocasiones y en algunos casos no estuvimos todos juntos. Desde pequeña recuerdo siempre ser muy demandante en lo que hacía, pero gracias a eso soy como soy. Ni perfecta, ni imperfecta solo quien hace todo por saber que lo hice bien.

Anduve Nueva York, Santiago, Miami, Salcedo una y otra vez hasta hoy día llegar otra vez a Santiago. La vida es un círculo, siempre debe terminar donde comenzó y es chistoso ver como empecé mis estudios en el Colegio Padre Fortin y aunque recorrí muchas escuelas y diferentes países hoy regreso a donde todo comenzó, completando este ciclo.

Soy inmensamente feliz hasta hoy porque he tenido la dicha de aprender mucho a lo largo de lo que han sido mis quince años. Estuve en clases de piano, pintura, pinceladas, manualidades y todavía me falta; pero en eso trabajo. Actualmente, mis padres no están juntos. Sin embargo, no es motivo de tristeza porque en realidad ya no lo recuerdo. Vivo con mi madre y mi padrastro, quien me ha criado junto a ella desde que tengo cuatro años, un largo recorrido junto a ellos. Como en ocasiones viví con mi abuela para mí no ha sido del todo fácil y la distancia  me hizo apreciar a cada uno de mis seres queridos. Aspiro a ser mejor, a tener un sueño más grande cada día y a diseñarle un mundo arquitectónico a mi vida. Si mi rumbo no cambia en unos años estaré en la PUCMM (Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra) estudiando arquitectura moldeando la estructura de mi alrededor. Esta es mi historia y es la historia de mi vida.
Gabriela Bonfante (Autora)
Estudiante de Tercer grado
Educación Media
2010-2011










No hay comentarios:

Publicar un comentario